Mi niña nació pequeñita, de peso y de talla, al parecer
porque en los últimos meses de embarazo estuve sometida a bastante estrés en el
trabajo. El caso es que, aunque su peso entraba dentro de lo normal, la
pediatra me recomendó ir a pesarla todas las semanas durante el primer mes.
Afortunadamente debí de topar con una pediatra (y una enfermera) algo chapadas
a la antigua porque, si bien me dijeron un par de veces, de pasada, que la niña
evolucionaba bien y que había subido del percentil tal al cual, nunca, en
ninguna revisión, me han hablado de esas dichosas tablas; simplemente apuntaban peso y talla y
comprobaban que, en efecto, la niña crecía.
La guerra está afuera: en el parque, en la guardería, en
casa de otras mamás, hasta en el súper… ¿Y
tu hija en qué percentil está? Uy, el mío es altísimo, va en el 97. Está
claro que todos queremos que nuestros hijos sean los más altos, los más guapos,
pero me da la impresión de que este tema de los percentiles fomenta una especie
de competición ridícula: en el mundo tiene que haber de todo, altos, bajos,
gordos, flacos, y contra la naturaleza no podemos luchar. Si con los bebés ya
estamos compitiendo por ver quién es el más alto y esbelto, no quiero ni pensar
cómo será cuando sean adolescentes y uno tenga la nariz más pronunciada, otro
las orejas más despegadas o más o menos vello en el cuerpo.
No dudo que sea un índice de medida útil para que los
pediatras puedan valorar la evolución de los niños, pero, antes de andar
obsesionándonos con las cifras, convendría que supiésemos qué referencias se
toman para determinar las medidas estándar que corresponden a cada edad; si se
calculan por países o a nivel mundial, como parece que así es cuando las
establece la OMS.
Y luego, a nivel individual, hay muchas circunstancias que influyen en que un
niño esté en un percentil más o menos elevado: las medidas al nacer, la
herencia genética, determinados problemas alimenticios...
Tal vez esté equivocada por vivir en la ignorancia
percentiliana y me falte un tema de conversación cuando estoy con otras mamás,
pero estoy más tranquila y no quiero meter ya a mi hija en ninguna competición.
¡Con las que le esperan en la vida!
Al hilo de este tema
de las obsesiones en la crianza, he encontrado una entrevista con el pediatra
catalán Carlos González que habla sobre cómo las madres a veces nos
obsesionamos con nimiedades. Es muy interesante (aunque eso de que las
salchichas de frankfurt tienen la misma vitamina C que la fruta, en fin, ahí ya
me parece que relativiza demasiado…)
Hola, acabo de pasar por tu blog y veo que eres nueva, quería darte la bienvenida y las gracias por compartir tus historias con nosotros, la blogosfera se convierte en una gran familia, ya veras :) En cuanto a los percentiles te dire que yo no tengo hijos (por ahora) pero estoy de acuerdo contigo, la gente entra en unas luchas increibles con la de cosa que hay que preocuparse...
ResponderEliminarBueno seguire pasando por aqui, un besito fuerte.
Muchas gracias por el comentario y por la bienvenida, Rocío. Esto anima a continuar! ;) Tu blog también tiene muy buena pinta; puedes contarme entre tus seguidoras! Un abrazo!
EliminarA pesar de mi ignorancia en estos temas de maternidad, no puedo estar más de acuerdo contigo en el tema de los percentiles. Extraordinaria y sensata reflexión!
ResponderEliminar¡¡Esa Patricia!! Enhorabuena por comenzar este blog tan interesante para mamás y... ¿y los papás? ¡¡También existimos!! Seguro que nos tienes en cuenta. El otro día, un conocido que tiene una niña de seis meses, me ve y me pregunta: "¿cuánto tiempo tiene tu niña?". "Un año", le contesto. "¿Y anda?" me vuelve a preguntar. "No, solo gatea y lo hace para atrás". "¡Uy qué raro!", empieza, "la mía ya se pone de pie en la cuna..." No supe con qué seguir esta conversación que me la soplaba, así que le dije, "pues ya lo siento, porque te vas a empezar a joder la espalda". Hasta las narices de medir todo, de comparar unos con otros, de valorar a los niños de los demás según experiencias propias. Te seguiré en el blog. Igual me animo a crear otro sobre un tema relacionado con los niños y del que te imaginas, porque raro es el día que uno no oye comentarios sobre la peculiaridad de mi niña. ¡¡Qué ganas tiene la gente de dar su opinión cuando nadie se la pide!!
ResponderEliminarPor supuesto que los papas serán tenidos en cuenta; ese "y compañía" del título engloba tooooodo lo que tiene que ver con los hijos, y los papás cuentan, ¡y mucho! Estoy totalmente de acuerdo con lo de las comparaciones, es fastidioso y ridículo. Anímate con un blog, no sabes el mundo que hay creado alrededor de los blogs sobre maternidad y niños. Es interesante, entretenido ¡y adictivo!
EliminarEnhorabuena por el blog! Me parecen muy interesantes tus reflexiones porque como madre de un niño de 21 meses, sé perfectamente de lo que hablas. Desde que me quedé embarazada sigo muchas páginas relacionadas con los bebes y a partir de ahora, también tu blog. Referente al tema que tratas en este post: en esta web (babycenter.com) encontré esta información sobre los hitos de desarrollo del niño. Está muy bien porque entiendes, por ejemplo, que algo tan "generalizado" y que todos los padres hemos tenido que escuchar mil veces como que "TODOS LOS NIÑOS ANDAN CUANDO CUMPLEN UN AÑO" es precisamente una generalización que no se corresponde con la realidad: http://espanol.babycenter.com/baby/hitos_del_desarrollo/7_a_12_meses/#axzz1krsgs9Wf
ResponderEliminarUn saludo y muchos ánimos para seguir contando tus experiencias y reflexiones
Hola,
ResponderEliminarYo lo que te puedo decir es que al final lo que cuenta es que el aspecto del niño se vea saludable. Odio las comparaciones (los míos estaban dentro de la tabla en la media, media) Al final los que te dicen en el parque que están en el percentil 97 son los que en el colegio te dicen que sacan las mejores notas... jajajjaja
En definitiva, las tablas deben servir de referencia, pero sólo es eso, referencia ;)
Besitos
Raquel
Ja, ja, qué razón tienes. Por cierto, no conocía tu blog, me lo apunto! Un saludo.
ResponderEliminarTe felicito por el post. De todas maneras tener un 97% de percentil en el peso no es una buena noticia, ya que quiere decir que tiene más peso que el 97% de niñ@s de su edad
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